Recuerdos atenazados
Mis palabras vacilantes
se niegan a quebrantar el silencio.
¿Qué me queda del pasado?
Recuerdos atenazados
en la persistente trama cerebral.
El sortilegio del pacto tácito.
Nuestros códigos: los códigos del amor.
Tú no estás aquí,
pero te has quedado en todas las cosas.
En cada papel que toco;
en las sábanas rotas, que me niego tirar.
En los pedazos de tiempo
que mi memoria te evoca.
Las paredes de la alcoba
me devuelven tu voz
y resuenan fervientes
en mis meninges, que te añoran.
Ya no lloro el dolor ni río la alegría.
Enmudezco para escucharte.
¡Oh! Atrapar ese instante
que quedó retraído.
Si acaso puedo... sí, atraparlo,
guardarlo con los otros
y atenazarlo, también,
para que no escape
y se vaya detrás de ti...
en busca del olvido.
©Susana Sosa Villafañe
Barcelona, 2009.
Mis palabras vacilantes
se niegan a quebrantar el silencio.
¿Qué me queda del pasado?
Recuerdos atenazados
en la persistente trama cerebral.
El sortilegio del pacto tácito.
Nuestros códigos: los códigos del amor.
Tú no estás aquí,
pero te has quedado en todas las cosas.
En cada papel que toco;
en las sábanas rotas, que me niego tirar.
En los pedazos de tiempo
que mi memoria te evoca.
Las paredes de la alcoba
me devuelven tu voz
y resuenan fervientes
en mis meninges, que te añoran.
Ya no lloro el dolor ni río la alegría.
Enmudezco para escucharte.
¡Oh! Atrapar ese instante
que quedó retraído.
Si acaso puedo... sí, atraparlo,
guardarlo con los otros
y atenazarlo, también,
para que no escape
y se vaya detrás de ti...
en busca del olvido.
Barcelona, 2009.

Hermosos versos! Sería lindo poder atrapar ese instante. Saludos
ResponderEliminarAgradezco tus palabras Martín. He hecho una visita "voraz" por tu blog y tuve que salir de urgencia. Te prometo que regresaré.
ResponderEliminarSaludos muy cordiales.
Una añoranza, una melancolía, una urgencia... la belleza de tus palabras la llena. La lluvia al final moja la tierra.
ResponderEliminar¡Oh! Angus,¡qué bonitas las tuyas (palabras), gracias.
ResponderEliminarBello poema, Susana: Llega como un flechazo al centro del corazón. Un abrazo desde el alma: Ana Cabrera Vivanco.
ResponderEliminarEse abrazo tan sentido, por tu parte, me ha llegado con toda su calidez. Mi cariño para tí, Ana.
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