sábado, 18 de julio de 2009

Pasión de un verano

Nota de la autora:

No es un texto con la pretensión de conmover a nadie, pues está escrito con una ironía sutil, por lo que espero arrancarle una leve sonrisa al lector.
Describe un proceso tan común, e incontrolable a veces, de la gente que no tiene intención de enamorarse y cuando menos se lo espera aparecen unos sentimientos que no puede dominar, acarreándole unas consecuencias poco deseables.
Podría clasificarse de “Comedia poética”, para darle un nombre a dicho ejercicio o “Poesía para sonreír”.

Susana Sosa Villafañe
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Como un pimpollo que nace con la primavera
eclosiona, y muere al llegar el otoño.




Negación

No me sometas al tormento de amarte.
No quiero ser prisionera de tus brazos,
ni ahogarme con tus besos agobiantes.
No quisiera temblar cuando te vea,
ni sufrir los celos enfermizos
de la amante que espera.
Sólo pretendo, si tú quieres,
tumbarme a tu lado bajo el cielo y
sentir pasar la sangre por mis venas.
Pasearme por los recovecos de tus fantasías,
también si tú quieres.
Mas no, no me incites a amar.

Sucumbe

Sucumbe al abismo del amor,
Déjate llevar.
Hacia tortuosas marismas,
Déjate arrastrar.
Derrumba puertas cerradas,
Y déjate amar.

Lumbrosa alborada

Arráncame de la oscuridad
de mis noches solitarias.
Llévame a la lumbre
del dulce despertar
de la alborada.
Enlázame en tu cuerpo.
Arrúllame con palabras…
las más obscenas encontradas.

Amarte en tu mar

Me abracé a tu mar.
Me envolví con sus olas.
Me dejé rozar por su espuma,
repetidamente.
Me revolqué en la ardiente
arena de tu playa.
Para soliviantar mis anhelos,
fui amante indulgente.
Para que tú me quieras.

¡Qué lástima de mar!

¿Te quedas o te vas?
¿Qué vienes a robar
en la penumbra
de mi noche solitaria?
A hurtadillas dejas tu espuma
impresa en la arena de mi memoria
que la absorbe y desaparece.
Los rastros dejados,
ya invisibles,
se pierden para siempre.
No vuelvas.
No se si vienes o te vas.
¡Oh! ¡Qué lástima de mar!

Tus huellas

¿Dónde están tus huellas,
las que dejaste en la arena?
¿Dónde tus lágrimas echadas al mar?
¿Y el rastro de sílice en la playa?
Me baño en las aguas.
Te busco sin paz.
Inquiero a la brisa,
rebusco en el tiempo.
Nada responde,
porque ya no estás.

Palabras dolosas

El alma quejumbrosa
me dice palabras dolientes.
Quejas del alma que duelen.
De mil maneras las dice,
de mil maneras me hieren.
¿Quedaron simientes dolosas
en tu frágil territorio?
Destiérralas, estás a tiempo.
No sean simientes de odio…

Silente dolor

Siento el silente dolor de un alma herida.
Dolor de palabras muertas.
¿Dónde están esas voces
que tanto amor prometían?

La forma

La forma se va alargando.
Definiéndose su figura
a medida que avanza.
Perfilada como una sombra chinesca,
sobre la superficie arenosa de la playa.
Desaparece la efervescencia
por las olas dejada.
El mar se retira,
vuelve otra vez a bañarla
violentando la imagen,
con su espuma blanca.

Un Dios aparte

Vaya, me has devuelto la vida
por segunda vez.
¡Quien te erigiera por un Dios aparte!
Aparte de esto debo aclararte
que no fue idea mía elegirte.
Fue el destino, que como
siempre es caprichoso.
¿A quien echarle la culpa?...
…Si la culpa tampoco existe.
¿Creía librarme de ti? No puedo.
Te has prendido tan fuerte a mi alma,
que es imposible arrancarte de raíz.

Grito mortal

Alzo la voz
y en un mortal grito
te pido:
A M O R
Dame la brisa
Los vientos
Las tempestades
Dame la calma
Caricias
Dame los mares.

Déjame algo

Regálame una excusa,
para apaciguar mis horas.
Después, el silencio.
Ya nada más importa.
Deja al viento que
arrulle mi sombra.
Al menos déjame eso:
Mi sombra.

Te espero

No me dejes con la boca abierta,
diciendo palabras al viento.
El viento no me escucha
y me deja con la lengua afuera.
Y fuera de mis cabales…
…te espero.
Te espero en mi cama fría.
Y en mi frío invierno te espero.
Espero que me digas
por qué no vienes.
Y espero que vengas
y no me dejes…
…Siempre te espero.

Tus pies descalzos

Tu envolvente voz,
tu mirada indolente
y las fogosas palabras
se adueñaron de mis sentidos
y me entregué vulnerable, laxa.
Me abandoné en tus brazos,
sin querer amarte…
… y caí en mi propia trampa.

Te adueñas de sensaciones ajenas
para alimentar tus suspiros;
mientras desfallecen los míos,
esqueléticos y vacíos.

Un nombre cortito le quise
dar al sentimiento abstracto.

Me he quedado con la duda en la boca.
En la punta de la lengua
se ha quedado dando vueltas.
No le encuentra salida
y sigue dando vueltas.
A la vuelta de la esquina, se escapa,
da un giro a la derecha y allí estás,
metiendo otra vez la duda en mi boca.

La mueca triste arrebata la duda
y la deja caer a tus pies.
Descalzos y fríos buscan cobijo...
...Y mis sábanas siguen frías desde tu ausencia.

¡Cómo me cuesta!

Me acuesto pensando en ti.
Sueño contigo toda la noche.
Me levanto con tu imagen en mi cabeza.
¿Que me has hecho?
No puedo quitarte de mí.
Quiero arrancarte a jirones.
Lanzarte al olvido.
Hundirte en el lodo de la discordia.…
y solo consigo desearte más.
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Safe Creative #0908154237641©Susana Sosa Villafañe
Barcelona 2008.


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